lunes, 3 de diciembre de 2018

...3257 KM. Cortometraje animación...

 


Hoy quiero hablaros de mi último trabajo. Se trata de "3257 KM", un corto de animación realizado por encargo de Actiu, una gran empresa de mobiliario de oficina reconocida internacionalmente. Tanto es así que uno de sus productos, las butacas Passport, estarán presentes en el Aeropuerto Madrid-Barajas. Como parte de su campaña de comunicación por este importante proyecto, Actiu produjo cuatro cortometrajes diseñados para ser lanzados a través de los Stories de Instagram. Cuatro piezas de diferentes directores, entre las cuales está mi propuesta: "3257 KM", una pieza de animación de la que estoy muy orgulloso. 



 Dale al "play" y ponlo a pantalla completa para disfrutarlo como se merece.


En cuanto me hicieron el encargo, un montón de dudas me asaltaron. ¿Un corto en formato vertical? ¿Cual es la premisa principal? ¿Los cortos de los otros directores tienen que tener alguna conexión con el mio? En cuanto me dijeron que tenía total libertad para hacer lo que quisiera, esas dudas se multiplicaron. Lo único que se me exigía era una duración de unos 3 minutos, el formato vertical y que en el corto apareciera un aeropuerto y las butacas Passport. Pasados unos días ya tenía claro lo que quería hacer... Ya que mi corto era el único de animación de los cuatro ( los otros directores iban a presentar un documental, un drama ambientado en Tokyo, y una historia de superación personal), tenía que aprovechar mi medio de expresión para hacer lo imposible. Y es que si algo bueno tiene la animación es que, si necesitas poner en tu corto un elefante que vuela, o una calle de Beirut, o un personaje con las orejas grandes y gafas de culo de vaso, "solo" tienes que dibujarlo. Sin moverte de tu estudio. Sin más gestiones. Sin gastar un penique. 
 

Tuve claro desde el principio que mi idea giraría en torno a algún concepto científico casi de "ciencia-ficción" que me permitiera romper todas las reglas temporales y espaciales, y también sabía que mi sello debía ser el de la comedia. Quería algo muy ágil, muy dinámico, con multitud de escenarios y personajes, que me permitiera pasar de una remota selva a un despacho en Nueva York. Una vez escrito el guión, me puse manos a la obra y empecé con el diseño de personajes. 

El primer paso era diseñar a Antonio, un tipo vulnerable, algo friki y lleno de manías. Antonio pasará por varios estados, según avanza la historia. Ha estado cuatro meses dando saltos espaciales por el mundo, así que pasa de ser un repipi con la camisa por dentro a ser un zarrapastroso despeinado y sucio.


Boceto y partes móviles de Antonio, el protagonista de la historia.
Antonio presenta tres estados diferentes, según avanza la historia.


Mari Carmen, la novia de Antonio, esa una chica de estilo alternativo, fan de los Ramones y con el pelo tintado de rosa. Al igual que Antonio, lleva gafas. De hecho una de mis primeras ideas era que todos los personajes llevaran gafas en el corto, y titularlo "Todos llevan gafas."


Diseño de Mari Carmen. Vemos la cabeza, párpados y cejas, por separado.




Bien. Ya tengo a los protas. Ahora necesito un aeropuerto. ¡No hay problema! Con unos cuantos elementos característicos ya parecerá un aeropuerto: Unos cuantos paneles de llegadas, salidas, puertas numeradas, etc... Y por supuesto, las butacas Passport, que son la razón por la cual estamos aqui haciendo un corto de animación.




Los aeropuertos tienen amplios ventanales desde los que se suele ver la pista de aterrizaje, los aviones aparcados, la torre de control... Dibujando uno de esos ventanales y duplicándolo podría obtener un aeropuerto tan grande como fuera necesario, así que diseñé un fondo para el primer plano del corto, un travelling en el que los personajes se mueven mientras vemos la terminal del aeropuerto.

Ventanales de la terminal del aeropuerto.

A través del ventanal vemos la pista de aterrizaje, la cola de un gran avión y la torre de control.

Una terminal de aeropuerto no es tal cosa si no está llena de gente que va y que viene, que espera sentada o leyendo algo. Necesitaba unos cuantos figurantes que dieran vida y veracidad a mi escenario.


Figurantes que esperan en la terminal del aeropuerto.

Con todos esos elementos ya tençía material suficiente para empezar el corto con un plano en movimiento, generoso en cuanto a cantidad de elementos, con el bullicio de un aeropuerto cualquiera.

Antonio y Mari Carmen caminan por la terminal.

Antonio le tiene que explicar su rocambolesca historia a Mari Carmen o la perderá para siempre. Todo empezó meses atrás, cuando él quería regalarle unas flores por su aniversario... Necesitaba una bonita floristería, y, por supuesto, una florista entrañable que atendiera al pobre muchacho. Manos a la obra...


Escaparate de la floristería "Florinda"

Mesa de trabajo de Florinda y ramo que le prepara.

Florinda, la entrañable señora que aconseja a Antonio.

Y es ahí cuando el pobre Antonio comienza su periplo surrealista. Por alguna razón se teletransporta a una remota selva, sabe Diós donde. Una selva era un escenario completamente opuesto al de una ciudad, era la ocasión perfecta para realizar un multiplano con varias capas de vegetación, ideal para hacer otro travelling lateral mientras el personaje camina desorientado y pidiendo ayuda.






El siguiente salto debía ser a una ciudad ancestral y exótica, de una cultura diferente a la española. Estambul me pareció una opción adecuada, y además coincidía en distancia aproximada (ante todo debía ser coherente con el título del corto). Antonio se teletransporta a un viejo y sucio taller mecánico a las afueras de Estambul, regentado por el bueno de Mahmud, un señor a punto de jubilarse, lleno de manchurrones de grasa y con gruesas manos. Desde la ventana del taller se podría ver el centro histórico de la capital, y el taller debía tener elementos característicos, suciedad, paredes viejas, quizás algún coche a medio reparar, cadenas que cuelgan del techo... Etc.


Boceto a lápiz del taller de Mahmud, a las afueras de Estambul.

Fondo de taller  mecánico terminado. Desde la ventana se verá el casco antiguo de Estambul.

Casco viejo de Estambul, que se verá desde la ventana del taller.

Elementos que añadirán profundidad al plano del taller

Mahmud, el rudo mecánico turco que dará trabajo al pobre Antonio, que jamás se ha manchado las manos.

Ejemplo de composición del plano.

De Turquía pasamos a Finlandia, a las afueras de Helsinki. Allí, Antonio, conocerá a un señor que espera en una parada de autobús, y que le llevará ante el profesor Mustannen, experto en física cuántica, para que le ayude a entender su extraña situación... Para esta secuencia en Finlandia necesitaría un paisaje típico de arbolada seca en invierno, una parada de autobús rural, un autobús similar a los que por allí circulan (gracias a internet pude hacer una réplica), una calle de la capital (dibujé una en concreto, gracias a StreetView), y por supuesto a los personajes que ayudan a Antonio. El primero, un señor que espera al autobús, con su maletín y bien abrigado.



Autobús de línea de Helsinki. Línea 24-H de Pohjolan Likenne, Helsinki-Helsingfors.

Composición final del plano.

El segundo personaje de esta secuencua es el Doctor Mustanen, con su traje, fumando en pipa, sentado en su despacho. Necesitaría pues, dibujar un despacho de un profesor de universidad experto en física cuántica, con su mesa de roble, su pizarra y su estantería llena de libros...


Lugar en el que tiene su despacho el Profesor Mustanen, en una céntrica calle de Helsinki.

El Profesor Mustanen, experto en física cuántica.

Despacho del Profesor Mustanen, con los elementos de la mesa y el flexo, que darán profundiad al plano.

Despacho terminado.

El profesor Mustanen le dará una explicación a Antonio acerca de por qué se está transportando de un lugar a otro del mundo, sin razón ni lógica aparente. Le explica que hace unos días, el Acelrador de Hadrones CERN, situado en Suiza, sufrió un percance técnico, liberando a la atmósfera una onda magnetocuántica que le afectó de manera azarosa al caer justamente sobre él. Esta energía había cambiado sus moléculas en el plano cuántico, y por esa razón se iba a desplazar en distancias constantes de 3257 Km. Toda esta explicación se la hace con esquemáticos dibujos en la pizarra, para lo cual yo debía animarlos y darles sentido. A continuación, los elementos de la secuencia de la pizarra:


Elementos dibujados en la pizarra por el profesor Mustanen. Estos elementos estarán animados.

Además, el doctor Mustanen debía aparecer en un flashback leyendo el periódico, en cuya portada se destacaría la noticia del accidente en el CERN. Para ello tenía que dibujar la foto de portada, en este caso una parte de las instalaciones del Acelerador de Hadrones, y escribir todo el texto y titulares de la noticia en un falso finés que me inventé, por puro divertimento. La noticia se puede leer al completo si no se tiene nada mejor que hacer. Aquí lo dejo:


 

El texto es completamente real.


Varios saltos espaciales después, Antonio recala en un oscuro tugurio en la ciudad rusa de Dubrovka, ahogando sus penas en alcohol barato y con la compaía de tres parroquianos con cara de pocos amigos y vidas más que disolutas...


Fondo de bar de Dubrovka, Rusia.

Barra de bar y parroquianos con los que es mejor no entablar una conversación.

De ahí, Antonio viaja a un remoto y exótico complejo religioso en Birmania, concretamente a Taungdwingyi, donde unos monjes le recibirán sin hacerle demasiado caso. Para esta breve secuencia, aprovecharía el formato vertical del cortometraje para hacer un panorámica vertical, de arriba a abajo, empezando por el cielo de Birmania, su espesa selva, por la que asoman las puntas doradas de los templos milenarios, y descender rápidamente hacia el suelo empedrado, donde aparece Antonio dejando atónitos a los tres monjes que por allí pasaban... Para ello necesitaba al menos un par de elementos que dieran profundidad al movimiento de cámara, por eso diseñé una columna de piedra, como resto de algún templo.




Estos tres monjes budistas birmanos no esperaban que su día fuera un poco más interesante.

Y de nuevo Antonio viaja de un rincón a otro del mundo. Esta vez su va a parar en el famoso barrio de Brooklyn, en Nueva York, donde conocerá al Rabino Shteinman, un judío ortodoxo que trabaja en su taller de pulido de diamantes. Un tipo con mal genio que para nada se corresponde con la afable imagen que muestra en su retrato, colgado de alguna pared. Necesitaba comenzar la secuencia en Nueva York con un plano en el que aparecieran sus característicos edificios de ladrillo rojo y amplios ventanales, con el icónico puente de Brooklyn al fondo.





Para el personaje del Rabino Shteinman pensé en un tipo gordinflón, con mirada de resabiado y desconfiado, acorde con el mal genio que quería darle a través de la voz. Y es que el torpe de Antonio es capaz de desesperar a cualquiera con su actitud pusilánime... En esta secuencia se menciona también el libro "Los Trece Principios de Fé" del Maestro Moisés Maimónides, ya que quería incluir algún detalle sobre la cultura judía ortodoxa aunque no viniera a cuento para nada.


Partes móviles del Rabino y mesa de trabajo del taller de pulido de diamantes.

El engañoso retrato del Rabino Shteinman y el libro del que habla con Antonio.


La siguiente escala en el absurdo viaje de Antonio es en un punto muy concreto de Ciudad Real. Concretamente en el kilómetro 140 de la carretera comarcal 713 entre Charco del Tamujo y Fuente del Fresno. Allí tendrá que hacer autoestop para regresar a Madrid. Pasarán varios coches ( como pasan muy rápido solo dibujaré uno y lo cambiaré de color). ¿Por que aparece Antonio aqui y no en otro sitio? Porque buscaba un lugar de la España profunda, la de los pueblos con nombres compuestos, la de esos lugares de los que jamás has oido hablar pero que existen realmente. Y después de un buen rato mirando Google Maps, este lugar me pareció el más adecuado. Y porque el director del corto soy yo y hago lo que me da la gana.


El pobre Antonio tendrá que hacer autoestop para regresar a Madrid, un delito tipificado en el código penal.


Llega por fin Antonio a Madrid, y se dirige rápidamente a la casa de Mari Carmen para explicarle donde ha estado estos últimos cuatro meses. Pero ella no está, se ha ido a coger un avión. Quien si está son sus padres, bastante enfadados por cierto, que le reciben en el descansillo del 2º izquierda, vestidos aún en bata y pijama. Para el diseño de los padres de Mari Carmen, opté por hacerlos prácticamente iguales a ella, con caras redondas, gafas gruesas y nariz chata.




Los padres de Mari Carmen informan al pobre y sucio Antonio que se ha marchado al aeropuerto. Pero sin billete, Antonio no podrá acceder a la terminal, así que rápidamente hace una llamada a sus padres para que le compren por internet un billete cualquiera. Me apetecía dibujar a Antonio en una de esas cabinas telefónicas que tanto se usaron en épocas pasadas y que ahora, poco a poco, han ido pasando a la historia. Además la cabina encaja perfectamente en el formatto vertical del cortometraje y me daba la oportunidad de añadir un último escenario antes de regresar al aeropuerto, donde empezó el cortometraje.



Por último, para el cartel del corto me decidí rápidamente por la imagen de Antonio, desorientado y abandonado en mitad de la selva. Una imagen colorida y que no revela nada de la historia.

Teaser poster y cartel definitivo.



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