martes, 27 de septiembre de 2011

...Fobos...

Fobos tiene una cabeza enorme y redonda. Enorme incluso para los de su especie, los Sinopianos. Cuando Fobos era pequeño sus compañeros de guardería se metían con él por las proporciones de su cráneo, que ya por entonces eran singularmente generosas. Esto afectó mucho a Fobos, cuya autoestima se evaporó como lo hace una nube de metano al precipitarse sobre un acantilado lunar.

Fobos ya es adulto, y algo menos infeliz, pues adquirió (bajo prescripción médica) un espejo de código binario.
Así cada día se mira en él y se repite a sí mismo que la belleza es algo relativo y bastante cuestionable. Los números, en cambio, no engañan.

Acuarela+Acrílico+Eding1200. 21x29cm.

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